
Carta a Stanislavski
Querido Stanislavski:
Llevo semanas pensando en escribirte para contarte lo sorprendido que estoy por el estigma en el que se te tiene y del cual no creo tengas culpa alguna. Te preguntarás, ¿de qué me hablas? Y la respuesta voy a detallarla a continuación.
Constantemente se te acusa de utilizar un método dónde el actor tiene que encarnar con todo su ser a sus personajes, con lo cual tiene que vivir como si en realidad fuera el personaje por interpretar; incluso se dice que se obliga a sentir aquello que siente el personaje. Seguro estás sorprendido tanto como yo al leer esto, y conociéndote quieres ir a reclamar esta mala fama que se te crea, porque sí, es mala fama. Créeme, te entiendo perfectamente y sé lo que vas a decir ¿Cómo se atreven a decirle método a mi sistema? Pero eso tiene que ver con la traducción de éste para nosotros de parte de algunos de tus alumnos, los cuáles llamaron airosamente método a tu sistema, cosa que ha llevado a pensar que de verdad es un método para llegar a ser un gran actor, cuando tú mismo has dicho que tu sistema “no proporciona recetas para convertirse en un gran actor” debido a que “consiste en enseñar el camino que lleva al estado de ánimo y la conducta acertada” (El proceso de dirección escénica 74), cosa que estoy de acuerdo, porque como bien mencionas, “descubrir la esencia de la vida y saber cómo expresarla no es fácil. No tenemos una receta exacta para este proceso, todavía” (El proceso de dirección escénica 91). Pero hay quienes insisten en creer que de verdad hay un método, un A,B,C, supuestamente establecido por ti.
Ahora bien, dentro de esto se mal interpreta, no sé la razón, o más bien es la forma en que otros lo han hecho ver así, de que tú decías que hay que vivir el personaje dentro y fuera de escena, como si fuera algo que se posesiona de los actores día y noche las veinticuatro horas del día. ¡Es sorprendente! ¿No crees? Parece que el actor se despoja de su persona para ser otra mientras se trabaje en la obra en turno, cuando has mencionado que:
Primero tiene que prepararse para pensar y actuar de modo que la emoción conmueva al cuerpo a través de la concentración del actor y su adecuado estado de ánimo en escena en ese momento particular; ya sea el ensayo o la función. Para esto, la vida del personaje tiene que serle tan familiar como la propia y debe completar constantemente esa biografía en hechos nuevos, aún después de que la obra vaya creciendo con cada representación (El proceso de dirección escénica 54).
Aunque siendo sincero, si uno se detiene en esta sentencia dada por ti, es posible que las palabras pensar, emoción, conmoción, vida del personaje, biografía, den a entender lo mencionado antes. Pero no es por tus palabras, es porque quienes dicen que saben sobre tu sistema ponen énfasis en explotar a sus actores hasta sacarles emociones, cuando olvidan que las acciones físicas eran más esenciales que la emoción del actor en escena o incluso del personaje, como cuando le mencionaste a un actor “No piense ni en la imagen exterior del personaje ni en sus estados anímicos” (El proceso de dirección escénica 397).
¿Y qué pasa con esto? Pues nada más y nada menos que se te tiene en un estigma de profesar un sistema para volver loco a los actores porque tienen que recordar cosas de su pasado, como si fueras un tirano, pero yo creo que los tiranos son los que dicen que enseñan tu sistema; lo lamentable es que después los estudiantes no te leen, no llegan a comprenderte, te repudian, dicen que no son stanislavskianos cuando ni siquiera conocen bien lo que decías. A veces yo tampoco, por eso recurro a escucharte una y otra vez, y me doy cuenta de que siempre estuviste en contra de la tiranía, del forjar miedo o problemas psicológicos, cosa que es muy común en maestros y directores que se creen formados en tu sistema.
Si supieran que tú decías que el maestro/director debe propiciar un espacio de tranquilidad y armonía, seguro se te echan encima. Pero, mejor lo dices tú:
A un maestro que introduce una atmósfera de temor en el taller, en vez de hacer que sus estudiantes se sientan cómodos no debe permitírsele trabajar allí, pues hace más mal que bien […] Porque solo es un tipo débil de artista que busca una salida superficial para sus sentimientos prevalecientes; irritación y preferencias personales de una persona a otra. (Sistema y métodos del arte creador 72)
Sin embargo, muchos han abusado de su puesto de autoridad en tu nombre para normalizar hechos que te avergonzarían. Es por ello que cuando alguien escucha tu nombre hacen un gesto de desapruebo, debido a que no les enseñaron el amor y la disciplina profesada por ti, ese ideal de artista amoroso, bondadoso, abierto a las posibilidades; como bien dices, “el arte no invita al sacrificio, sino al contrario, todo en él es interesante, fascinante, todo absorbe al espíritu” (Sistema y métodos del arte creador 47), y así lo creo, la enseñanza del arte escénico no debería ser un espacio de temor o quiebre emocional en sentido perjudicial “Hay que recordar, sin embargo, que en el arte sólo es posible inspirar y amar. Las órdenes están fuera de lugar” (Sistema y métodos del arte creador 33).
Disculpa que te lo cuente de esta manera, pero es que me ha estado dando vueltas esto porque muchas cosas serían diferentes si de verdad se leyeran tus palabras, las cuales incitan también a ir más allá de ellas, a ver las posibilidades en el cuerpo escénico, ese que es “un libro de arte creador” (Sistema y métodos del arte creador 91). Pero así ha pasado de un tiempo para acá, te podría contar más, pero entonces esta carta se convertiría en otra cosa.
Espero que estés bien y que mis palabras no te hayan hecho pasar un mal rato.
Daniel.
P.D. Gracias por los libros:
Gorchakov M., Nikolai y Vladimir O. Toporkov. El proceso de dirección escénica. México, Escenología A.C., 2011. Impreso.
Stanislavski, Konstantin. Sistema y métodos del arte creador. México, Grupo Editorial Tomo, 2013. Impreso.