ECNL 2020| Caldo Primordial

Hay quienes creen que el germen de todo ser vivo en la tierra es el caldo primordial, también llamado sopa primitiva, una teoría postulada por el biólogo ruso Aleksandr Oparin en 1924. En ella propone que hace millones de años, compuestos orgánicos no vivos (carbono, nitrógeno e hidrógeno) fueron acumulándose en las primeras masas de agua y que con factores como los rayos ultravioletas y energía eléctrica dieron como resultado moléculas complejas que evolucionaron hasta dar con la vida. Esa es una de las tantas hipótesis sobre nuestro origen, estamos condenados a no saberlo con certeza.

¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Son constantes interrogantes que el ser humano se hace, de manera filosófica, para lograr encontrar las razones de su existencia. Curiosamente (o no), el actor tiene que resolver estas preguntas antes de entrar a escena, es casi como una plegaria obligatoria, incluso un mantra de la actuación.

En la puesta en escena Caldo Primordial nos adentramos a los océanos de preguntas existenciales en la voz de dos actores que han dedicado su vida al efímero arte del teatro. Presentada el 10 de octubre en el Teatro del Centro de las Artes dentro del XXX Encuentro Estatal de Teatro Nuevo León, en una edición un tanto distinta debido a la actual pandemia que nos ha abatido; esta es una de las contadas obras que pudieron disfrutarse de manera presencial. Un regreso triunfal a los escenarios en Monterrey.

Caldo Primordial es una apología al quehacer teatral, que se disfruta por sí misma, pero que adquiere un valor especial al conocer la ardua labor que los actores Leticia Parra y Pablo Luna han hecho para mantener a una de las más proliferas compañías de teatro regiomontano: Percha Teatro. El texto realizado por Luna y, el director de la puesta, Gerardo Dávila es un trabajo intertextual de “auto-referencia”, pues en él se pueden encontrar fragmentos de obras que ha realizado el grupo teatral a lo largo de sus 36 años de historia, lo que le añade más valor a la pieza y la impregna de una atmósfera nostálgica, propiciada también por la carga emotiva propia de las actuaciones.

Dávila logra transportarnos a un espacio onírico al proponer que la acción suceda sobre una barca que navega por el caldo primordial. Podría pensarse que esta limitación espacial perjudicaría la actuación, pero sucede todo lo contrario; en ella los actores explotan sus habilidades histriónicas, incluso la barca tiene una movilidad que nos permite verla desde distintos ángulos, por lo que no es una visión monótona y se reinventa conforme sucede el relato.

Los personajes en la espera de ser rescatados van dejando rastros, mensajes dentro de botellas, y en esta desesperación no les queda más que inventarse mundos o recoger sus recuerdos, representándolos y reflexionando sobre lo que los hace vivos. Parra y Luna se permiten jugar en escena y se disfruta junto con ellos este recorrido por su historia, sus sueños, triunfos, fracasos y dudas. Un buen manejo de corporalidad y del uso de objetos hacen de estos actores un deleite visual y una cátedra del quehacer teatral.

Las metáforas que propone el texto se concretan con los elementos y material de utilería, un ejemplo de ello es la metáfora de la caja, que tiene su redondez desde el uso del cofre donde se guarda el θέατρον (Teatro en griego) hasta cuando caen en la realidad de la caja negra. 

Otro acierto es el diseño de iluminación a cargo de Gerardo Valdez que dota a la puesta de tintes de ensueño y logra conjugarse a la perfección con el uso del humo en escena, generando momentos plásticos venidos de la mente de van Gogh. Además, se resalta el trabajo de Alejandro Fetiso, encargado de la escenofonía que acompaña al espectador durante todo el viaje.

Caldo Primordial es un proyecto que condensa los años de esfuerzo de la compañía Percha Teatro y que fue presentada en un momento donde necesitábamos al teatro para volver a sentir la conexión con el otro. En el teatro hay una resistencia implícita, no importa lo que ocurra con la humanidad, este arte seguirá de pie y en batalla, recordándonos lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Si deseas leer más críticas del Encuentro Crítico Nuevo León 2020 visita: Jardín en Llamas.