
El crítico teatral antes de llegar a la crítica teatral
3 conceptos de la crítica teatral (ed. UNAM, México, 1962), es un libro prologado por el Dr. Francisco Monterde, en el cual se reúnen tres conferencias entorno al concepto de crítica teatral. Hay que aclarar que no se menciona en el libro la sede ni el motivo por el cual se realizaron estas conferencias, solo el lugar y fecha: México, D.F., 1961. Los exponentes de estas conferencias fueron: María Luisa Mendoza, Antonio Magaña Esquivel y Marcela Del Río, quienes laboraron como críticos teatrales en diferentes periódicos.
La primera ponencia que se presenta en el libro es la de María Luisa Mendoza, la cual se centra en la figura del crítico teatral como un “… desvelado espectador…” (14), donde la percepción e impresiones que le genera la obra de teatro al crítico son las que debe desmenuzar durante la puesta en escena, ya que tiene “… la mirada presta a la escenografía: color, línea, atmósfera, época auténtica, funcionalismo, belleza. A la iluminación, que es como dar a luz a un nuevo día de la creación” (14), junto con la actuación y dirección con la que complementa sus impresiones que plasmará en el papel.
María Luisa Mendoza, también hace mención del poco espacio que tiene un crítico teatral para elaborar su escritura, debido a que “muchos críticos escriben en la redacción de sus diarios” (15), por lo que sus palabras están sujetas al tiempo y espacio asignado por el diario en el que laboren. Debido a estos factores la labor del crítico teatral requiere de una sensibilidad para la puesta en escena, así como de una capacidad de síntesis a redactar el día siguiente y que crea “… un divorcio… entre los gustos del público y las opiniones de la crítica” (19).
Antonio Magaña Esquivel, menciona por su parte que “el hombre es el único ser que ejerce el sentido crítico como búsqueda, como esfuerzo por abrir la incertidumbre y adquirir juicio” (24). Para Magaña, esta búsqueda es lo que llama al crítico teatral a elaborar su oficio, ya que cuestiona, analiza y “es un poco guía y un poco espejo, un poco amor y un poco interpretación” (27). A través de su conferencia deja en claro que un crítico no es un autor frustrado y que la crítica teatral no tiene una función arbitraria en la que emitirá un juicio de valor para enaltecer o perjudicar una obra de teatro, por lo que debido a esto “… los actores que no reciben los favores o elogios que esperan merecer, niegan la existencia de la crítica o consideran difamación o calumnia el hecho de analizar la eficacia teatral de alguna de sus obras o actuaciones” (25).
Menciona Magaña Esquivel que dentro de su “… concepto de crítica teatral, la exégesis viene a ser la crítica esencial y la más útil en el ejercicio profesional de todos los días, la que cumple una función profiláctica y no de censura ni de encomio arbitrarios” (31), la cual según Magaña es una creación sobre otra creación (31), por lo que deja ver que la creación es un acto personal más allá de cualquier condescendencia con la puesta en escena.
Por último, la ponencia que aparece en este libro es la de Marcela Del Río, quien propone un crítico ideal, el cual “… debe estar iniciado en cada uno de los oficios teatrales: literatura composición dramática (sic), dirección, actuación, escenografía, luminotecnia e inclusive debería tener nociones de música, danza, etc.” (37), ser un hombre con amplio recorrido sobre el hecho escénico en lo teórico y lo práctico. Pero el ideal que plantea Del Río sobre el crítico teatral no solo abarca conocer aquello que constituye el teatro, también hace mención sobre la obligación que tendría de apoyarse en libros de cultura, así como otras disciplinas para que pueda crear su propia metodología y poder “… valorar las circunstancias en que las que se (sic) produciría el acontecimiento teatral…” (40).
Esta idealización que hace Marcela Del Río enaltece la figura del crítico teatral, lo pone en un pódium donde el crítico teatral es un erudito de la escena, capaz de situar los acontecimientos en su momento histórico, ayudándole a caminar sobre sus crestas y abismos, mostrándole si el suelo estaba lodoso o si el agua estaba clara para procurar enseñarle el buen camino (Del Río 42). Sin embargo, después de dotarlo de características específicas para sustentar su labor, lo aterriza de nuevo al plano del ser humano que no está exento de susceptibilidades y que debe hacer llegar al público el su percepción sobre la puesta en escena.
Así, 3 conceptos de la crítica teatral, nos muestra las opiniones de estos tres creadores escénicos y críticos teatrales, los cuales han reflexionado sobre la crítica desde su propia experiencia. Los tres se enfocan en la figura del crítico, en las herramientas que debe de tener y su repercusión en el hecho escénico, más allá de la construcción sobre el papel es cómo se llega a éste.
Si bien no se ahonda en los conceptos planteados al ser una recopilación por escrito de las ponencias sobre la crítica teatral, dan pie para repensar la labor del crítico como parte de la construcción del teatro.
Datos bibliográficos:
Mendoza, María Luisa; Sergio Magaña Esquivel y Marcela del Río. 3 Conceptos de la crítica teatral. México: Editorial Universidad Nacional Autónoma de México, 1962. Impreso.