Reseña | Hábitos Atómicos, de James Clear

Un hábito es una conducta repetida e integrada a nuestro día a día. Estos hábitos forman parte de lo que somos, ya que muchas de ellos han sido aprendidos y otros adoptados por el entorno en el que vivimos. Sin embargo, al estar inmersos en nuestra cotidianidad, no nos detenemos a observar éstos hábitos y cuestionar si son útiles para aquello que deseamos lograr.

James Clear en su libro Hábitos Atómicos propone observar nuestras conductas como un camino para alcanzar un propósito. Los hábitos atómicos «son pequeños hábitos que forman parte de un sistema mayor» (31) y dicho sistema es la razón por la cual modificamos nuestra conducta. Clear compone su libro en seis capítulos y una conclusión, donde desarrolla el concepto y explica los pasos a seguir para que un hábito se vuelva atómico.

En su primer capítulo Principios fundamentales: por qué los pequeños cambios generan una gran diferencia, el autor establece que «obtienes lo que repites» (22), por tanto debemos determinar si nuestros hábitos nos conducen hacia el camino del éxito (ídem); para ello es necesario hacer pequeños cambios de detonen otros pequeños cambios y así sucesivamente. No obstante, Clear deja en claro que no se trata de cambiar radicalmente, si no de ir sumando día con día sin esperar cambios inmediatos debido a que «El éxito es el producto de nuestros hábitos cotidianos, no de transformaciones drásticas que se realizan una vez en la vida» (21). Por lo tanto, hacer cambios en nuestra conducta tienen que ver con lo que somos y queremos ser. La clave, menciona el autor, está en el sistema de hábitos, no en la meta, porque no se trata de tener un hábito que será olvidado después de llegar al propósito, sino de crear un sistema continuo que operará por siempre en nosotros.

Durante los siguientes cuatro capítulos James Clear menciona que existen cuatro leyes para cambiar nuestros hábitos y adquirir otros. La primera ley es hacerlo obvio, es decir que «El primer paso para cambiar los malos hábitos es mantenerse atento para identificarlos» (68), si algo anda mal es porque existe un obstáculo, identificarlo nos ayudará con el proceso de transformación.

El éxito es el producto de nuestros hábitos cotidianos, no de transformaciones drásticas que se realizan una vez en la vida.

La segunda ley es hacerlo atractivo, esto quiere decir que «Los hábitos son atractivos cuando los asociamos con sentimientos positivos» (136), de lo contrario cada vez que queramos realizar un hábito y lo relacionemos con dolor o cansancio, por ejemplo hacer ejercicio, optaremos por otras acciones más placenteras aunque sean perjudiciales.

Hacerlo sencillo es la tercera ley, en donde se plantea que un hábito tiene que hacerse de la manera más óptima para que no se vuelva una carga; por consiguiente «En lugar de tratar de diseñar un hábito perfecto desde el principio, haz algo sencillo de manera consistente. Tienes que estandarizar antes de poder optimizar» (167), de esta manera se añadirán otros hábitos que complementen al primero.

«Somos más proclives a repetir una conducta cuando la experiencia es satisfactoria» (148), es lo que menciona Clear en el capítulo Cuarta ley: hacerlo satisfactorio. Si hacemos que un hábito sea satisfactorio volveremos repetirlo, sin olvidar que lo que se hace en el presente es para obtener resultados en el futuro.

El último capítulo Tácticas avanzadas: cómo pasar de ser solamente bueno a ser verdaderamente grandioso, es un capítulo dónde el autor habla de las habilidades que cada uno tiene y que al ser detectadas podemos realizar un mejor desempeño en áreas específicas. Aquí, James Clear, hace énfasis en que la diferencia entre una persona de éxito con las demás es sobreponerse al aburrimiento, ese estado en el que volver a escribir, hacer ejercicio, caminar o realizar cualquier otro hábito se vuelve rutinario, y si nos dejamos vencer por lo aburrido que nos parece en ese momento, podemos desencadenar una serie de hábitos que entorpecerán nuestro progreso.

La lectura de Hábitos Atómicos es amena y ligera, con una variedad de ejemplos de lo que el autor propone. Sin embargo, llega a ser repetitivo, hace mención en varias ocaciones de las mismas definiciones, quizá para ser más claro o porque de lo contrario no sería un libro de cerca de trescientas páginas.

Este libro es recomendado para aquellas personas que no han podido concretar proyectos. Aquí se muestra como pequeñas acciones pueden desencadenar una serie de rutinas favorables con el mínimo esfuerzo y de manera satisfactoria.