Reseña: «Huesos en el jardín», de Henning Mankell

Cansado de la vida como investigador de la policía sueca, Kurt Wallander decide buscar una nueva casa para vivir y cambiar la rutina que lo tiene abrumado, por lo que un día decide visitar una casa que un compañero de trabajo le ha recomendado. La casa es amplia, acogedora y siente Wallander que podría ser una buena opción. Al momento en que se pasea por el jardín tropieza con algo extraño que se encontraba oculto entre la hierba, algo que lo consterna y lo lleva a realizar una nueva investigación: huesos de una mano.

Huesos portada

Este descubrimiento accidental es lo que da el título del libro Huesos en el jardín (2002), del escritor sueco Henning Mankell, quien es reconocido por sus novelas negras protagonizadas por el inspector Kurt Wallander. Dentro de la serie Wallander se encuentran Asesino sin rostro (1991), Los perros de Riga (1992), La leona blanca (1993), El hombre sonriente (1994), La falsa pista (1995), La quinta mujer (1996), Pisando los talones (1997), Cortafuegos (1998), La pirámide (1999), Antes de que hiele (2002) y El hombre inquieto (2009).

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Después de encontrar estos huesos de uno mano en el jardín, de lo que pudo ser el nuevo hogar de Wallander, se realiza una investigación que lleva a los forenses a determinar que los restos llevaban más de cincuenta años bajo tierra. Un crimen que lleva años sin ser resuelto y que intriga al protagonista de esta novela, quien entre más investiga más dudas le genera el caso.

Esta novela editada por Tusquets Editores cuenta con veintiséis capítulos, un epílogo y un posfacio dónde el autor cuenta cómo fue la idea de crear la serie de Wallander. Es corta y se puede leer en pocos días, sobre todo porque el autor produce en su lector  un querer descubrir el misterio de aquellos huesos encontrados, así como ver la resolución que el detective Kurt Wallander le da a su vida, ya que se nos muestra a un hombre mayor, solitario, cansado y un tanto harto de lo que hace.

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Henning Mankell nos envuelve en una atmósfera escandinava, aunque uno nunca haya estado en países como Suecia. La manera en que nos presenta las situaciones es por lo que esta novela, la cual tiene una premisa sencilla, sea agradable. Uno siente la pesadez del personaje, los problemas económicos de la policía, así como el frío que caracteriza a esa parte del mundo por medio de un Wallander reflexivo e introspectivo que cuestiona tanto al caso, al mundo que lo rodea, como a su persona.

Si ya conoces las otras novelas de esta serie entenderás las razones del por qué Wallander tiene esta actitud ante la vida, pero si es tu primera lectura de la serie, seguro vas a querer averiguar más sobre este personaje.